TARTA RED VELVET, con frosting de queso crema
Hace un par de días fue el cumpleaños de mi marido. El bizcocho Red Velvet es uno de sus preferidos, así que le hice esta tarta Red Velvet con un frosting de queso crema que le combina estupendamente.
Es el segundo cumpleaños que pasamos confinados en casa por el dichoso virus, hace un par de semanas fue el de mi hija, así que lo único que podemos hacer para celebrar es querernos mucho, una buena comida y cantar el cumpleaños feliz a pleno pulmón mientras el cumpleañero sopla las velas.
Si una cosa nos está enseñando esta situación tan extraña es que, en el fondo, no necesitamos tanto. El tener que parar a la fuerza quizás nos ha hecho entender que íbamos demasiado deprisa.
No se vosotr@s, pero yo he decidido no correr tanto cuando volvamos a la normalidad, centrarme más en mi felicidad y la de los míos y no pasar ni un solo día de la vida que les quede a mis padres sin darles un abrazo, mil besos y mil gracias por la vida que me regalaron.
Vamos con la receta. Este bizcocho es ya un clásico. Queda muy jugoso, muy vistoso y da mucho juego a la hora de decorar.
INGREDIENTES:
Para los bizcochos Red Velvet:
HAREMOS DOS BIZCOCHOS DE 20 cm.
- 300 gr. de harina de trigo
- 130 gr. de mantequilla
- 2 huevos
- 270 gr. de azúcar
- 1 cucharada de cacao puro en polvo
- Buttermilk: la preparas con 230 gr. de leche entera y 1 cucharadita de vinagre de vino blanco
- 1 cucharadita de colorante rojo en pasta o en gel
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- 1 cucharadita de bicarbonato
- 1 cucharadita de vinagre de vino blanco
- 1 pizca de sal
Para el frosting de queso:
- 150 gr. de mantequilla
- 200 gr. de azúcar glas (si no tienes la puedes hacer poniendo el azúcar normal en una batidora potente a máxima velocidad o en thermomix 1 minuto a velocidad 5 – 10)
- 600 gr. de queso crema
ELABORACIÓN:
Prepara los bizcochos:
Antes de empezar:
Lo primero la mantequilla ha de estar a punto de pomada, por lo que la has de sacar 2 horas antes de la nevera.
Prepara la buttermilk: templa un poco la leche y le pones 1 cucharadita de vinagre. Déjala 10 minutos.
Verás que la leche se corta, no te preocupes, eso es precisamente lo que buscamos. La leche así cortada le dará una jugosidad extra a nuestro Red Velvet.
Prepara dos moldes de unos 20 cm. Pon un papel de hornear en la base, unta con mantequilla y espolvorea con harina. yo he comprado dos moldes desechables porque no tengo dos moldes iguales.
Tamiza la harina con el cacao y la pizca de sal. Mézclalos bien.
Pon a calentar el horno a 170ºC, calor arriba y abajo.
Comienza la preparación:
En un bol amplio pon la mantequilla con el azúcar y bátelos hasta obtener una mezcla esponjosa y homogénea. Lo puedes hacer una varilla manual, eléctrica o con un robot como he hecho yo.
Incorpora los huevos uno a uno. Echas el primero y cuando lo tengas bien incorporado hecha el otro.
Con una cuchara, disuelve el colorante y la vainilla en la buttermilk.
A partir de ahora no utilices varillas, mezcla con una cuchara de madera o una espátula, com movimientos circulares, de arriba a abajo para mantener la esponjosidad.
Incorpora la mitad de la butermilk, luego la mitad de la mezcla de harina y cacao. Cuando esté bien integrado, pon la otra mitad de la buttermilk y la otra mitad de la harina con cacao. Acaba de integrar bien.
No te preocupes si te parece que en algún momento se te corta la preparación, cuando acabes de integrar todos los ingredientes te quedará bien.
Mezcla el bicarbonato con la cucharadita de vinagre e incorpora inmediatamente a la masa, mientras burbujea, y mezcla bien.
Reparte la preparación en los dos moldes y hornea unos 30 minutos. Ya sabes cada horno es un mundo. El mío es muy lento y tardó unos 40 minutos, pero a partir de los 30 minutos hay que estar pendiente. Sabrás que está hecho cuando al pinchar con un palillo, este salga seco.
Deja los moldes sobre una rejilla unos 10 minutos. Desmolda los bizcochos y, con cuidado, envuelve uno a uno en papel film. Déjalos reposar en la nevera como mínimo un par de horas. Los puedes hacer de un día para otro.
Prepara el frosting de queso:
Importante: para preparar el frosting la mantequilla ha de estar blanda a punto de pomada, pero el queso ha de estar bien frío de la nevera.
Pon la mantequilla y el azúcar glas en un bol y mezcla bien, que te quede cremoso, yo lo he hecho en el robot, con la pala, pero lo puedes hacer con una varilla eléctrica o a mano.
Ves añadiendo el queso en tres tandas, no añadas la siguiente hasta que tengas bien integrada la anterior. Te ha de quedar bien cremoso y sin grumos.
Monta tu tarta Red Velbet:
Yo he hecho un montaje en mi tarta Red Velvet muy rústico, con solo dos capas.
He cortado el copete de los bizcochos para igualarlos y he reservado los recortes para la decoración.
He puesto el primer bizcocho, una buena capa de frosting, el segundo bizcocho, otra buena capa de frosting por arriba y por los lados y la he decorado con los recortes de los bizcochos desmigados.
Deja la tarta Red Velvet en la nevera y sácala unos minutos antes de servir.
Si navegas un poco por los blogs encontrarás muchas ideas de presentación. A mi me ha gustado mucho la del blog Mykarmelli.com
La tarta Red Velvet es un poco laboriosa, pero os aseguro que el resultado vale la pena.